jueves, marzo 15, 2007

IREKI ATEAK

“Who?”
Pristina-Faith No More

“A breath and a…”
Breath-Pearl Jam

“I’ll tell you what I fear”
Drunken Butterfly-Sonic Youth


¿Entonces?


Aquí, generalmente, el estómago se me revuelca por los nervios y ya no logro dar marcha atrás. Todo sale por la boca. Como estas palabras que flamean muy cerca de usted.


La noche en que la ví en esa esquina, usted parecía asustada, pero había mucha gente, y no entendía porqué se quedaba ahí; tan distante. Y después entendí. Lo supe en cuanto cruce la calle y ya no quise mirar para atrás…Mi patoneada era bastante larga.


Ese recuerdo me persiguió un tiempo. Aún, tal vez.


Salgo, doy una vuelta cortica, luego entro otra vez, pido perdón, pero una noche, otra, alguien joven, con una cámara, enfocó mi agradecimiento, y el mechudo se sonrió.


El sudor caía como lluvia, y no quise mirar para atrás…”camine, camine, caracol, camine, camine.”


La retribución duró dos horas y media. Lo único en inglés que se decir: two hours and a half.


Llegué, me desvestí, me acosté, y soñé con una piscina donde el fondo era lleno de juguetes de colores. Tomé café cuando me desperté, y comenzó a llover otra vez.


(a usted le gusta la lluvia, ¿cierto?)


(no, pero no me mojé…)


El letrero decía: IREKI ATEAK(1)







(1) Abrir las puertas. Título del grupo vasco Dut con Fermín Muguruza (esan osenki, 1997)



VINILOS, BUCLES Y AMBIENTACIÓN SCRATCHES

Debajo de la palma.
Descanso.
Con el brazo partido.
Por dibujar en formato gigante.


La luz
Da al arte
El encanto
Del asesinato
Hecho
En
Secreto.

SÓÑAR

He querido verte
rostro de pájaro.
Y dejar que el día
salve a la luna,
salve a la noche.


He intentado saludarte
rostro de pájaro-encantado,
pero tu brillo me aleja.


Los soles que una vez lloramos,
aún arden
en nuestras gargantas.


La luna que una vez corrió
por refugio,


quieta percibe tu soñar.

PORCIÓN

Voy caminando cada noche.
Tras unos pasos lentos, desconocidos.
Esperando a que una vez,
encuentre la esquina,
la luz este parpadeante.
Algo ofuscada.
Imperturbable.
Linda.
Exquisita.
De pie.
Afuera.
Sin palabras.
Sólo noche y noche.
Silencio. Suicida. Entre. Autopistas. Húmedas.
Caos y nubes.
El cielo oculto tras tus ojos enganchados.
Imperturbable.
Oculta.
Exquisita.
Mazinger.
De pie.
Contra las ruinas de un pasado, superado.

SOFOCACIÓN SÁDICA

Lentamente voy abriendo el mundo,
el avispero va a salir de repente,
me quiero quitar del medio,
el flash dispara una ráfaga aleccionadora
hundida en el pecho,
el disco sigue dando vueltas,
los frágiles fantasmas en silencio,
y no quiero pensar más en eso.


Siempre lo mismo.
Sonriendo a todos.
Sofocando las olas.
Sodomizando días.


Cuelgo toda raíz recogida la misma tarde.
No guardo nada entre la manta, ni bajo el sombrero.
Camino de vaselina vomitada en el espacio
Destinada a la conservación de la especie.
Joroba de simio que nos visita desde el exterior.


¿Cuál es tu nombre?

IGNI NATURA RENOVATUM INTEGRA (ANTIGUA)

Me uno a la lluvia.
Juego con el mundo.
Equilibro su mano.
Quiebro la estática.
Calmo al miedo.
Agoto las horas.
Repito el mantra.
Enciendo la vela.
Leo el futuro.
Abro un presente.
Cuantos y quarks.
Fractales y electrones.
Dientes y uñas.
Centros y pulgas.








Doy la vuelta al mensaje que me avisaba
el color que traería mi hija.


El viento canta en susurros que duermen bajo las rocas,
y no se desperezan…cuando despiertan al día siguiente
que ya ha dejado de ser y/o estar.


Antes venía vendiendo uno de los anillos infernales del poeta italiano,
que habla, en mi sueño, con el santo, hasta el fin de los tiempos.
Pero uno de ellos había quedado ciego, estaba viejo, algo perdido.


Seguí enlazando al mundo.

SOMBRA DE ESPINA

Tú empiezas tejiendo mi nombre en tus labios,
y la sangre no te sabe a misterio.


Ha sido la única melodía que yace dormida
la que no nos hemos aprendido.


Ya demasiado tarde, en el núcleo de sombras
sólo quedan espinas.


Miradas que alguna vez, cuando el elemento era atroz,
mordieron entera mi vida, reviviendo la emoción.


Y continúo atando algún recuerdo a un espejo,
y la piel me ubica en la calidez del espectro.


Amor de furia que sabes a dónde apuntar el recuerdo.


Y si esa voz me llama para volver a empezar,
no hay nada seguro en la estancia del resguardo.


Refugio que palidece entre la ternura de un vacío que
ya no es solamente melancolía…

MARCELA

Abro los ojos y el color del cielo, gris y estático
pronto es una noche parcela en mi corazón de humo.


Lato de prisa, olvidando fragmentos derramados
en un vaso sucio que aún flota en una memoria de rencor.


Olvido el mote con que debo entrar al cielo.
Mi única sonrisa es esta noche pura que ha
trasegado por otros rincones y ya empieza a olvidar
lo siguiente, lo más próximo y necesario.


Con la voz congelada, frío decibel,
colgada en un proceso lento,
tan áspero como la fruta que ahora muerdo,
mi piel domina toda la tortura que suelto
desde que empiezo a respirar en la mañana.


El sol solo no basta para colapsar mi nefasta marca
que aún se digna, entregada, a incluir su firma frente al espejo.
Así que me alejo, camino de sombras,
entregando mi cuerpo a un sector brillante que tiene la
suficiente magia para desatar una risa, otra risa, que
por si acaso, nunca fue necesaria.

GRANITO ROSA

El mutismo llena la sala de espera.
Palpita la furia, acorde al motivo.
No hay porqué, nada más importa.
El juego llueve el pasto de noche.
Y quieto.


Me busco molusco lleno de ventosas vivas,
Cada una a un precio mejor, Dios lo sabe,
Me esfuerzo en llenar cada vacío con
La boca de mis víctimas.
(esta misión no tiene final)


Cavo cada gruta nueva, llena de lo
perpendicular en la entrada. Agonizo
mientras someto la fría furia de la
rebelión tecnológica, apretando los dientes
mientras daño, conteniendo la emoción,


el mutismo llena la sala de espera.
Palpita la furia, acorde al motivo.
La piedra llora su sangre de noche.
Y quieta.

MACHACADOR DE CUERPOS

Tengo el efecto perpetuo.
El efecto contrario.
La aguja incrustada.
La lengua por fuera.
La punta de un lapicero clavada entre mis cejas.
La noche en mis axilas recién afeitadas.
El instante de luz que cae tan pronto el telón cierra sus ojos.
La fuga o el arte de evadir.
La voz desnuda, perpetuada a millones de años luz.
El agónico llanto de una paloma verde.
La ventana sucia en mis anteojos azules.
La raíz del asunto.
La copia de una canción que no es mía.
El día que muerde sus propios puños cuando no le alcanza
El tiempo para comerse su ración de flores.
La bolsa o la vida.
La perpetuidad en una fotografía movida.
Lo clásico entre lo inútil.
Lo sutil debajo de la piel.
Lo acústico en el rave.
La nieve en Bocas de Ceniza.
Lo claro en la Catedral de Sal.
La voz taciturna de una puta que vio morir su turno,
y se despertó del sueño atravesada por lanzas de láser moradas.
¿El Maestro?
Dueños de nosotros mismos.
Haciendo historia a pedacitos.

NOTAS DESDE UN FRASCO DE MOSCAS

“So someday you’ll see
i stay away”

Alice In Chains


Entonces Tomás me dijo que se alejaría por unos días de la ciudad. No dijo el porqué, tampoco se lo pude ver en los ojos. Las gafas permanentes son oscuras como alcantarillas ahogadas en el fango. “Saldré mañana en la noche…”, dice, mientras miro las luces del bar y oigo la música pesada allá afuera, sintiendo una lenta y suave cadencia aquí adentro.


Apagamos los cigarrillos al mismo tiempo en el cenicero de cerveza. Alguien va a tener que navegar para recuperar su conciencia a la deriva.


Tomás estaba misteriosamente en silencio. Enfundado en negro. La noche goza de cierta preferencia hacia los freaks. El automóvil se detuvo en un parque de jíbaros. Hacía frío, pero extrañamente la llovizna de todo el día, descansaba. Suficientes agujeros de gotas- lluvia en las pieles de los drogadictos.


Mientras lo esperaba, oía gritos a lo lejos, inidentificables; posiblemente prostitutas celosas o una pandilla asustando a chiquillos inexpertos. La soledad en una ciudad es un golpe suave que va carcomiendo sin ningún asomo de dolor.


Cuando regresábamos a casa, me preguntó cuál era mi ciudad favorita. Le respondí que ésta. Me pregunta por qué la escogí. Le contesto que por la lluvia. Hizo un gesto de admiración con su boca. Ya se preparaba. En pocos minutos, Tomás sería él mismo.


La luz prendida es aún más oscuridad. Su apartamento sólo conoce sus momentos más duros, pero esta vez traía compañía. Su necesidad de sí mismo es tan extremadamente fuerte, que darse su propio cuerpo era lo menos que podía hacer en esa noche. “Lo haré un resto…” fue lo último que dijo.


Jaime llamó por la mañana. Su radar sabe exactamente donde ubicar a un junkie desfachatado y envuelto en negro a la mañana siguiente de una sobredosis menos un punto.


“Se va en la noche” le dije. Supe que no era la primera vez que lo hacía. Abandonar su lugar para extrañarlo y darse cuenta, alejado, de que lo ama. Tomás sabía que su fotografía no aparecería, mañana, en un cartón de leche. Sucio.


Oía a Billie Holiday cuando lo ví salir de su cuarto, vistiendo, por primera vez, una camiseta blanca. “Llamó Jaime”, le dije. “Lo supuse…” me contestó mientras abría la nevera. “¿Jugo?” me dijo. Le respondí afirmativamente con un gesto no verbal, noté que el cuello me dolía un poco. “¿A qué hora sale el vuelo?” pregunté. “8”, y de nuevo a su cuarto. Era el Tomás más tranquilo que había visto nunca. La primera vez que lo vi personalmente, me invitaba a cerveza tras cerveza mientras trataba de limpiar su apartamento. Me preguntaba sobre los conciertos de las últimas semanas y sobre los grupos que empezaban a llamar la atención en la ciudad. “Generación nacida en una silla furiosa”, los llamó.


Sabía que demoraría en volver a ver a Tomás. Nuestra comunicación, silencio en mayoría, se tornaba en las cenizas apagadas de una fogata que ardió muy poco tiempo. Le pregunté si extrañaría el clima de la ciudad. Contestó que era lo más probable. Sí extrañaría a los amigos. Los veré luego. Sí podría acomodarse a otra ciudad. Y se quedó callado por un momento. El taxista prendió los limpiaparabrisas y sobre la autopista sólo atinó a decir con la ventana abajo: “la lluvia es lo mejor…”


Éramos sólo lejanos habitantes de un frasco de gotas de mosca. Él era un fantasma escapado de alguna galaxia perfecta. Dioses y pequeños seres humanos dándose la mano, cumpliendo con la promesa de revivir demonios bajo un cielo cada vez más negro.


Tomás movió la mano, despidiéndose y sonriendo. Sí, aah, woah, iba al sur esta vez. Nadie lo iría a detener. Vivo.


CÓPULA DE LUCIERNAGAS

Si esta noche, oculto,
estuviera sosteniendo un pálido encanto
con mis manos vivas, negras y abiertas;
bautizado con la sangre que me sobra,
al sol de tu sombra
y ablandara el acertijo, miel de espuma,
que se lee frente a la entrada del simulado tibio sepulcro,
una leve sonrisa en diagonal,
suspendida en el techo de un cielo que no veo,
llamaría al tiempo, culminaría con la ausencia,
penetraría en el diálogo conjunto
de alguien que ya no tiene voz…
y más tarde,
caminando entre cópulas de luciérnagas,
la mirada derretida puesta por ahí, por Dios,
lame el tiempo, orada la memoria,
toca, quizás, el corazón
y se disuelve entre un núcleo rojo que no tiene límite.


Observo a través de ti la tibieza de un hogar,
similitudes con el color que alguna vez soñé
oculto entre la arena.

UNIDAD COMPLEMENTARIA (PINTURA-PRIMER PLANO)

Mis ángeles duermen.
Mis demonios aprovechan el momento
para traducir sus emociones oscuras.


Advenimiento del poder,
sin protección.


El viento
susurra los nombres antiguos
por primera vez en mi oído.


Los anoto uno a uno,
para enfrentarlos
a la verdad.


Ahora, con la lista en mis manos,
inicio la pronunciación.

PROYECCIÓN HIPOTÉTICA SOBRE UN CUADRO DE JACKSON POLLOCK

Alguien pasa
y deja su estela de humo bravo,
pero no hay nadie,
sólo un deseo.


A las Gracias
las dejan quietas,
cercadas en un condominio
cuya dirección
el mundo ha perdido.


Y sin retener
la fuente de la memoria más próxima,
la exactitud tiene
un reflejo perpetuo
en los primeros lugares
frente al enemigo.


No hay nada más de que hablar
cuando el sonido dobla la esquina,
y al retornar invicto
de las fechas que rodean al mundo,
pronuncia el mantra
para abrir el sueño
y dejarlo señalado
con sus dedos
manchados de oscuridad…


La noche se ha venido.

HISTORIA ANTES DEL FIN

El punto puro de encuentro se soslaya de la sombra vertical,
la húmeda sonrisa se retuerce entre el limbo,
noche clara, noche oscura hacia otro paraíso,
vibrante entre la tormenta callada,
que en puntas de pie, despierta como ángel enfermo;
manos rotas, cuentas regresivas, días holgados.
El camino se percibe como antorcha de hielo, trompa de luz.
Fuego almendra, tiempo sedado, flagelante, repetitivo,
con la toma a las espaldas, destruyendo el más cercano pasado.
Comiendo tiempo, desflorando recuerdos nítidos que parecían sueños,
y seguramente darían su vida por cuidar la verdad de noche.
Su poder vibra la cuneta sagrada, casi bordeando la parálisis,
fobia al destino que nace con la cuenta de un diario seco,
antes de la torpeza inicial, seguido de una luna roja,
hay un pedido general apuntando al espacio solo,
calles miserables despojadas de su historia,
paredes temerosas que nadan a la contra,
crimen mental, espectro y rencor,
odio aparente con lo mismo,
alteración de la imagen,
minúsculo ser vivo,
secreto a voces,
días oscuros,
alma seca,
pureza,
tierra,
firme,
uno
más
que
cae
sin
fin

SOÑABA CON BEETHOVEN

Vi otra vez.
No hubo nubes en el cielo eterno,
caía la lluvia hecha de viento,
rayando al paso, un silencio cromado,
muy bello para ser real.


Lo olvidé en el primer instante.
Regresé a la ruta exacta,
el molde congelado vibraba a mis pies,
luchaba por considerar
el estado del fuego
entre los quejidos de noche.


Sabía que algo estático
pululaba, y nadie había ahí
para mirarlo en la distancia,
el fuego salía de la mano,
instancias en la boca,
la llama quieta
acomplejando al vacío,
terror entero
devorado con los giros
que hacían derretir
los extremos de silicio.


Caí dormido.
La luz se veía tan oscura.
La luna se mecía
en un campo de maíz
adorado por un ala muda,
preciosa,
con el tenue encanto de la sal.


Su cuerpo había vibrado en la noche,
y la distancia era ahora su
posesión.
No podía quedarse quieta,
huía de su condición,
pero solitaria, lograba dormirse.


Cuando muere el tiempo
el paisaje se consume en el sueño.


La realidad es eterna,
el juego se reduce a un
ver amanecer por siempre,
sin conocer el siguiente día;
y nada sucede…
sólo un clamor, muy lejano
y sincero
de que algo hay más allá,
rodeado del delirio nefasto
pero bulloso
del crimen presente.


Su demencia solitaria
nos nutre con manía de hielo.


Los fragmentos de la historia
quiebran los espejos
cuyos reflejos quedan
grabados en la memoria caníbal
del sol occidental.


La sangre comienza a
marcar el paso.


Los ojos ciegan
lo que la dicha
ya no intuye.


Sus voces suenan
tan lejanas, que
otra historia
fluye entre el
demonio y los
hombres, para
necesitar no más
al cielo.


Yo los escucho,
miserables de oro,
estupefacto en la ruina,
casi cayendo del fondo,
riendo con maña,
soplando pasito
una cura para el destino humano,
la piel tropezada con colores neutros,
el sueño en el ciclo se avecina,
una bella entera y perfecta luna
para lamer de día,
su gota de pureza
refleja el pasado,
el día de hoy,
presente de aluminio,
canta la ayuda,
pide la disolución,
el remedio congelado,
que agita la herida,
y le permite
seguir sangrando.


Su masa acongojada
que no revela ningún rostro conocido,
a todos nos ataca, con caricias cálidas
en el sueño que olvidamos,
la luz prendida todo el tiempo,
el corazón cerrando el portón,
la vida se pierde
en el conteo diario
del líquido que mana
desde un techo deforme.


Su voz se oculta
y comienza su sonrisa.
Pocos lo escuchan.
Ya muchos han dado la espalda.
El día se nutre de sus esperanzas.
Nadie entiende el color del drama.

PRIMERA IMPRESIÓN DE LA LLUVIA MAÑANERA

Lentamente
he sido un adiós.


Aún cuando vuelva,
aún cuando el sonido de la partida
se divida
según los gustos mutuos.


He ido lejos
y el rastro imaginario
sigue lentamente
disolviéndose en la prisa.


El sueño que veo tan vertiginoso
no se despide nunca,
sólo muestra corriendo la película
sin dar razón de llegar a ser.


Con todo atrás
abarcado entre unas manos calladas,
sin poder dar otro paso trasformado en voz,
escuchando el mundo desvaneciéndose en otro ritual,
todos con el rostro descubierto.

CÚMULO DE VOCES

Cuando estoy desnudo, cerca de la muralla,
y el mundo pareciera derretirse, y
cuando la velocidad de la voz es condenada a
servir de centro para la corrección de un sueño.
Cuando terminar la fe en la sangre es
un paradigma que la sed no comprende.
Y cuando hay que entregar esa sangre
una vez más a su dueño,
las heridas lamen el camino que he palidecido,
que he encontrado,
que me he encontrado
en mitad de camino con un humor de sueño.
Y caigo.
Abatido sin alas.
Recordando el juego en que la mente puede servir de
puente para un recuerdo.
Las lágrimas tienen la fortuna de convertirse
en escalones a la dulzura.
Y mi mirada sigue derritiéndose entre los frágiles
recuerdos de un hatajo de señales.
Y ya no estoy de acuerdo con nada de lo
que ustedes se fijan.
Y continúo aquí.
Disolviéndome como un fantasma por entre las
agrias grietas de una mente prestada.
Y ya no soy.
Y ya no estoy.

SEDUCCIÓN DEL AGUA

Sin lucha
mi reconocimiento no existe.


Te veo,
Dios del cielo,
quejándote en silenciosas lápidas de fuego,


oigo como clamas salvaciones
cuando con manos vacías
alteras principios
bendiciendo con gracia y brillo,
sólo momentos fugaces
a quien ha nacido para el amor.


Mi lucha contra la divinidad
Es mi propósito;
soy la luz prohibida,


hago mi destino
al nacer tormenta.


“Corro sobre las olas”,
tan fuerte…
tan fresco…
proclamándolo a los cuatro costados…


La bondad es todo un fragmento.

POEMA CON FINAL GROSERO

Las líneas sagradas
que crecen como viento…
y las vemos moverse,
tan delicadamente
como si nadasen
bajo el agua.


El conejo mastica la piel del perro muerto.
El pez juega en la arena.
Un día se sucede en 400 años.
Y todos reímos en la fotografía muda.


Ellos son los ciegos
que pueblan el descanso.


Pero yo no tengo miedo.


La salida ¿dónde?
La salida ¿dónde?
La salida ¿dónde?

HOY VUELO BAJO EL CIELO MISTERIOSO DE BOGOTÁ

Cada paso es nuevo,
lejos del misterio
la noche acobardada
en ciclos tímidos
que sólo dejan los huesos…
a través del cristal,
creciendo con las voces,
visitando credos estéticos
en los que la palabra
suele reconocerse
como la interpretación
de la existencia.
Pero yo callo.
Y bebo de la fuente virginal
del centro doloroso,
untado de cadenas
de fugaces miradas repetidas
que saltan de voz en voz,
como un salitre escondido
en la mordida leve del viento.

(23:41)

¿Qué voz se parece a la que no es mía?
Una voz como luz,
una luz quieta.
Una quietud latente,
un latido de brisa.
Brisas que se elevan en cometas,
cometas corriendo a prisa,
la prisa comiendo tiempo,
el tiempo llenándose con recuerdos…


Y ahí va remando,
el sueño que eclipsa
una mentira,
acariciando otra piel
en un sonido de furia
que puede permitirse
una equivocación otro día,
pero no hoy.

COMBUSTIÓN INSTANTÁNEA

Parece un intermedio. Toco la puerta y nadie abre. Un silencio pesado, que respira con dificultad, que no puede moverse de lo gordo que esta.


Espero. Cierro y abro los ojos mecánicamente, casi con desesperación. Mi intuición empieza a despertar. Siento como la sangre lleva oxígeno a un sector escondido de mi hemisferio izquierdo. Espero.


El sonido invitado es un doble dub, melancólico y sigiloso de notas compartidas, casi sin prisa, casi sin una obertura que los distinga. Como peces grandes en un acuario estrecho.


Pero nadie responde del otro lado de la puerta. Mi imaginación quiere apagar las dudas que flamean; construyo una trama que fácilmente reemplaza otra trama y siento que necesito algo sólido a qué aferrarme.


Intento con palabras, pero el ambiente es muy denso. Espero acá, en este reposo, a que cada frase caiga al piso y se evapore.


La música sigue. Mi cabeza juega a revolucionar los beats lentos de mi corazón, y enredado entre la melodía y el ritmo, algún hilo va juntándose a mis pies.


El calor es apabullante.


Quiero mirar el reloj, pero en mi muñeca sólo hay una marca de fuego. Afuera nieva. La imagen que surge frente a mí es la mía frente a un espejo, ahora quebrado. Pero hoy no siento que la respuesta la tenga la imagen. Hoy estoy blindado para la plenitud egoísta de una respuesta visual, quiero hablar.


Nadie abre. El mundo parece haberse detenido.


Siento a mi médula devolverse. Un paraíso psicotrópico que dejé hará un par de años, y que mi cuerpo no me lo perdona. Sudo. Me impregno de manchas nubes, de zonas recónditas y primitivas, de estados emocionales que tarde o temprano vomitan un olvido, sin necesidad de identificarlo. Sin opacidad ni reposo.


Un músculo en la pierna se mueve involuntariamente. Y entiendo.


Afuera la noche es fría y despiadada, pero mi cuerpo asimila la crudeza presente con un reto en el mar. Mañana de sol y pieles protagonistas. Un sueño tras otro, objeto de un pasado alterno. Quietud que me hace sudar. Quiero derribar la puerta. Algo en mí ha surgido y no me han enterado. El fuego ha empezado por la punta del pie, pero no veo luz. Todo es silencio, crueldad, desespero, noche de invierno en un país desconocido.


La tragedia callada ha henchido de dolor un momento. Ya no sé si es hoy o ayer. El mundo se ha detenido.


Ya no puedo comenzar a respirar el repuesto.


Se crea la luz. Mis piernas son luz. Segundos que expresan olas, sonidos que mueven cuerpos, horizontes azules con finales distorsionados en un cubículo atmosférico menos cero.


He perdido cualquier esperanza de que algo se mueva detrás de esta madera con metal.


Extiendo los fuegos para tocar un golpe, y la llama eructa inconsistencias, confusiones de espacios y tiempos, lágrimas o reyes mezclados en tornamesas de una época, y ahora la soledad.


Falla la llama en un dedo, y juego con él imaginándome acariciando un timbre, doble visión que me permite seguir caminando por la playa y decir ¿por qué hace tanto calor aquí? Mientras el ciclo abre mis ojos y todo es una llama. Fuego sobre fuego. Noche en la noche.


Estoy sediento y perdido.


Mi cabeza deja de respirar cuando mis pulmones son polvo oscuro, ceniza confundida junto al resto de cuerpo que ya no veo, que sólo huelo, que ahora señalo, mi dedo quieto, el dedo malo, el completo, bebo la llama, recuerdo la playa, sueño con sol, afuera los gritos, me aferro al sonido, pero sólo hay silencio, quiebro un vidrio, mi mente descansa, ha sido un instante que cargo en mi historia.


Me veo desnudo y la puerta se abre. Ya no camino, sólo me barren. Adentro no hay nada. Sólo estoy yo. Afuera el espacio. Soy sólo tiempo.

cataleptic(o)

voz gutural:…cómo si me esfumara con el viento…

espacio rítmico: …(lento y denso)

voz gutural: …y a cada realidad

bajo la persiana verde

del cadáver colgante...

espacio rítmico: …(veloz y pulsante)

voces distorsionadas a modo de coro: …cataléptico…

…solitario…

…mundo…

…nuevo…

solo (dis)armónico de guitarra bullosa: …(ruidos)

entrada demente de voz gutural: …salí de nuevo

aquí estoy

respirando

realidad

espacio rítmico: …(veloz y trepidante)

solo agónico de bajo x 4: …(idioma inidentificable)

espacio rítmico: …(lento y disolvente)

final: …(aplausos confundidos con gritos cavernarios)

miércoles, marzo 14, 2007

CAPUTO FRETLESS

El ojo rojo.
El empalador.
La noche apócrifa.
La luz envuelta en deseo equivocado.
La pantalla difusa.
El dios bigotudo que cocina borracho.
Lou Reed sin una guitarra en la mano.
La vertiente hecha para alejar la maldad.
El Océano, en la voz de Eddie Vedder.
Esos impulsos por tocar un culo muy rico.
La pared plagada de semen.
El mismo semen, pero esta vez rojo.
La Pesadilla, de SepulturA.
La fábrica de puntos orgásmicos.
La piel frecuentemente penetrada.
Los días que pasan y no dejan nada.
La soledad hecha a punto de martillo.
El cabello recogido.
La gota de té en el párpado curioso.
La historia de una ciudad en llamas.
Frank Zappa escribiéndole una carta a…
(y él respondiéndole…con risas entre líneas francotiradoras)
El sudor de las axilas.
El llanto por una pérdida.
El encanto de serpientes.
Keith Richards y Tom Waits, en Cotati, CA.
La pareja de lesbianas que viene todos los días al café.
La señora de 35 años que ayer le fue infiel a su marido
(por segunda vez en doce años de casada)
Un pase del Pibe.
Ese tipo de alegría nacional.
No Lo Sé, con coros de Santiago Paredes.
La cumbia en Estocolmo, y ese man recibiéndolo.
Esta frase…
Y esta otra…
Que juntas,
Despiden este poema.

AJENAS VOCES APUNTAN SECAS EN EL ESPEJO RETROVISOR

Los murmullos ebullen del sueño,
diálogo entre cuántas voces conocidas;
los años caen en redes,
atrapan al tiempo,
sacuden el destino.


Él cuenta su sueño, pero ella ya lo ha soñado,
intuyendo el final diferente,
para una jaula oxidada
que sin ser lo suficientemente vasta,
ha sido el hogar de toda la vida…


Palabras que caen en cascadas,
diluyéndose al coleccionar contactos
con el pavimento húmedo de historias
guardadas, añejando el tiempo,
vibrando con el destino,
desfilando el hilo de la hoja
con el fuego de manos,
apenas apagado.


Qué color, le dice ella a él,
dándole a escoger parte de la escena
que planean visitar más tarde
para hablar cuando el resto
que los acompaña, cabizbajos, duerman,
en esta jaula oxidada, que
sin ser lo
suficientemente vasta,
ha sido el hogar de toda la vida…

martes, marzo 13, 2007

(LA DISTANCIA DESDE ELLA HASTA ALLÍ)*

Soy nuevo,
pero aún no estoy aquí.


Cuando llego,
a duras penas
escupo una sonrisa
en el silencio
vertiginoso de la
columna de humo sedosa.


Quiero llegar un poco
más tarde,
para presagiar el encuentro
de una lamprea en
una botella vacía.
Paisaje bello y abierto,
hasta rodear el pasado
con un manto de ubres moradas,
hechizadas por la voz
del reducidor de cabezas.


Mi voz nueva sumergida
en el telar del entretiempo
angustiada espera por
reconocer con qué ritmos
viene pensando el futuro;
pies enormes que marchan
al viejo ritmo del jungle,
y sueños exhumados de la
sutil inocencia del ya no
hay nada que hacer.


Hoy veo, te veo, qué bien,
la posible pasta desecha
en mi cerebro, trato
y corrijo y digo, pero
siento que aún no estoy aquí.

PROYECTO 1

I.


Me ahogo en tu sueño. El descanso perfecto.
Ya sólo es todo otra vez, la nada bullosa.
Luces de aire respirando por la garganta,
tubos silenciosos que expiran palabras cristales,
para proteger la verdad;
lo mejor viene del color gris, casi mudo,
disfrazado de mariposa enferma,
la polilla que devora el legado,
el martes mártir de la propia inocencia,
bajando en el ciclo de diamantes,
las nubes del cielo,
para entregar una verdad,
tablas del color del aluminio.

II.


La imagen habla con el silencio de años guardados,
apenas pestañeando
con los ojos blancos de sólo ver por un agujero.
Todos estábamos ahí,
y al menor movimiento,
la nube podía pronunciar un canto
hasta embellecer la lluvia,
diluyéndola en gotas puras…
Esa era yo,
caminando por el parque,
soñando casi desnuda,
mordiendo la piel que ahora amo.


III.


El mundo era la habitación abierta,
el murmullo se colaba en colores por la habitación,
todos son tan perseguidos por esas voces de nostalgia,
evitando el contagio apresurado,
la misión perdida, perfecta, periférica
en el camino de voces rojas.
Se sentía el miedo latente,
la no salida inmaculada,
el fuego de colores opacos
dados a diálogos de contenido extremo,
promesas de los viejos tiempos
encerrados en una cabina a prueba de sonido.
La flor marchita el agua,
entierra el momento,
sólo fluye hacia todos los lados,
absorbiendo el instante.
Nos ve abatidos,
descontentos,
con los cuatro brazos hechos de cemento,
y un corazón mordido por la intriga.
¿De quién somos?

IV.


El otro lado del miedo,
la sensación permanente de búsqueda infinita,
en un ciego contacto, sólo piel,
sólo escogiendo la información precisa,
es sólo piel,
la luz opaca todas las miradas,
el nitrato seduce en medio del smog,
la ciudad se levanta en llamas, hoy,
donde nadie la ha pedido…
Ubicación fuera de contexto,
belleza demente
que mece la cuna
protegiendo el aliento
de una Diosa frágil
y desnuda, que nace en la imagen
pegada a la pared…
Bebe del seno del padre.

POEMA CON DESCANSO EN EL MEDIO PARA DAR PASO A LA OTRA VOZ

Pasa el día.
Otro sueño más cerca de ti.
Muerdo el alambre.
Cae el jugo de mi sangre.
Señales de un signo, plano.
Seco, me acuerdo de ti.
A punto de reventar,
pisando el piso pesado,
señal que evapora,
signo que muerde
por debajo de un manto líquido.
Un recuerdo pegado a la baba.
Seco, derrumbado,
sin la esperanza
de lograr traer de regreso
una imagen descansada,
absoluta o divina.


Cae la tarde;
mis piernas me piden
un minuto de silencio.

TRES IMÁGENES (recuerdo frente a tres velas encendidas en una noche de lluvia)

Aún tiemblo frente a la emoción tuya.
Aún sonrío como un templo de confesión.
Delicada y familiar.
Caricia de velo infinito coloreado caracolado.


La mezcla suena vigente en un corazón que, descubro, hace parte de mi rito.
Ahora inicio un capítulo nuevo, sin marcas, sin límites, sin voracidad.


La ciudad es el principio de esta historia.
La ciudad con su sueño convertido en nosotros.


Una voz llega ahora a desvestir mi miedo.
Y no hace ruido.
Porque aún hay alimento en la quietud perenne.


Cae la noche sobre la soledad.
Y se edifica una piel en contravía del demonio.


Alguien ríe y tu sollozas.


Vuelve la magia al destino concebido.


Aún no tarda en empezar cada silencio a convertirse en flor.
Y cada flor a mutar en ala.
Porque todo vuelo llega desde ti.


Una luz llega ahora a iniciar mi rito.
La ciudad es testigo.
La voz soy yo.
El nudo se desata.
La pasión fluye con fuerza, constancia y destino.

CADA AMANECER ESTÁ RODEADO DE MANCHAS DE UN PASADO LÚGUBRE

Mi deseo no soy yo. Ni la otra voz.
Todo cuanto doy es sólo un laberinto más.
La desgracia se torna cada amanecer.
La voluntad de volar es sólo una habitación cerrada.


Si esta voz, si al menos yo
pudiera decir por un momento la verdad…
Si esta voz, si al menos yo
tuviera el deseo de decir algo…

FIN RETRACTIL

Cuando muera,
quiero reír
por primera vez.
Intentar
juntar
al público.
Crear el fuego
que bate sus
alas con la
prisa de la
noche.
Recordar que
los ojos siempre
fueron un culto
extraño,
y seguir.


Alguien pide
un silencio
que se transforma
en compañía.
La tierra se nubla.


Ni siquiera muerto
me puedo quedar callado.

PARAÍSO

¿por qué
luces
tan
quieto?


¿tan
distante?


¿ausente?


sí eras hecho
de prisa…


mágico y malévolo.


dañado e impuro…


¿dónde has
estado?

AGATHOCLES (SPLIT E.P.)

El poder está en nuestras manos.


Asombro poderoso,
Motivo de cura,
Tradición milenaria,
Ausencia de capas.


El tiempo bebe de una fuente más antigua, aún.


Llega rozando la paleta de colores,
Quitando llagas de óxido,
Urdiendo planes complejos,
Para recobrar su puesto.



Mano, tiempo y ojo, forman la triada


El infinito sueña,
El día nace,
La noche canta,
El fantasma apura.

TOÑO, del ciclo SAN CIPRIANO DUBSTYLE

Estoy en ti.
Un solo sonido basta para rescatar la luz del olvido tenue de una impresión.
Aún hay alguien más cerca que el sol,
y sonríe con un pedazo de sombrero sobre su garganta.
Me empiezo a alejar lentamente,
tanto así
que ya la orilla vuelve a estirar sus picos para rodearme.
Y regreso.
Antes de que la luna haga escampar a la noche.


Si un paraíso durmiera en este tibio lecho
y un cohete se estrellara en el ojo de la lechuza,
mi piel aún ardería de pasión,
aún seguiría el camino marcado por las sombras que han detentado mi servilismo.


No hay un día completo
en que no deba permanecer estático, mudo, insecto, hecho de piedra.


No puedo sonreír
cuando el cubículo secreto aún mantiene una letra puesta en mí.


Anochece,
y el futuro se antoja prisionera para este tiempo presente que raya en la idiotez.
Me quedo mudo,
atento a esperar cualquier razón progresiva
que se olvide del margen o del límite.

Aquí hay una sola sombra repartida entre todos los habitantes,
y descubrirla es mucho más tenebroso que sonreír bajo la luciérnaga apagada.


Me voy de bruces a la pared de alas blancas;
si no estoy con el color del ladrillo sagrado,
mi piel no podrá volver a respirar su angustia senil.


Estoy en ti.
Pero ya me voy.
Lentamente,
como sumergido en un río de densidad acrobática
y perfección superficial tremorosa.

SONRÍO EN EL CAOS / NO HAY UN SIGUIENTE PLACER

Esta piel que no contiene emoción.
Este horrible pálpito con el que no logro evocar orden.
Esta noche infinita, aquí y allá, alejado de la presencia.
Esta repetida manifestación por reír de último.
Cuando ya no queda nadie vivo sobre la tierra.
Poseyendo un último suspiro, disfrazado de recuerdo.

NO ESPERO NINGUNA RESPUESTA

El tiempo no se mueve
disfrazado y sonriente
de luz.


La casa duerme un
sueño recostado
contra una pared
de invisible aroma.


Alguien toca, a lo lejos,
una campana para
despertar a la sombra.
Pero muda y sorda
sólo hace complacer
a la luz en un afán tranquilo
y ligeramente infinito.


La casa duerme quieta
suspendida de un hilo
de emociones.

PARAÍSO ATRACTIVO DE MENTIRAS

Hundo
Cada
Palabra
En
Tu
Piel.

Me
Ato
Tu
Aroma.


Mi
Memoria
Se
Confisca
Y
Va
Lejos…


Cuando
Vuelvo
Tu
Cuerpo
Sigue
Vacío.

GRABADA EN DIVERSOS ESTUDIOS ALREDEDOR DEL MUNDO

Te veo dentro de un sueño.
Media luz y la vela envejeciendo.
Sin pausa, sin rebelarse.
Sumida en una tenue vibración clandestina.


Me acerco. El olor es una urna ocupada con restos de muerte.
Y comemos algo que alguna vez, no hace mucho, contuvo vida.


Las palabras detentan el gesto del vacío;
ya no hay ningún ciclo que repte en esta agonía hechiza,
la mía, la tuya, la del cálido cuerpo que se desnuda y que no toco,
excepto con la lengua porosa de mi mirada bífida.


El cuerpo muerto rema hacia mis intestinos,
Gritándome en culpa, lacerándome en recuerdos.


De mi mano los cabellos de mi esposa
De mi boca la herida abierta
De mi sombra una historia indefinida

LA LUZ OFUSCA MI MEMORIA

I.

Imagino que alguien llora, mientras le crecen sus alas y muda de piel.
Suele pasar, suele pasar.


Ante la ausencia del color, un sol deforme se derrite para cubrirnos los ojos de luz.
Pero lloramos por el ardor, y él sigue jugando en el cielo, en el cielo.


Hay una voz en mi memoria eterna que reparte bendiciones a cada sombra amiga.
Pero con sus restos jóvenes, aún no se puede formar una pila de recuerdos.


Si hoy bajo a tu propio túnel.
Y entre los días ya no hay secretos.
Y la música que suda tu piel.
Se llena de fragmentos de amor líquido.


Si dentro de cualquier corazón.
Habitara un duende ciego, pero de grandísima sabiduría.


Y una luna acechara, diariamente, con entrar a nuestras órbitas.
¿Le creeríamos?


II.

Una nube deja sembrado el silencio en nuestros márgenes.


La última visita es sólo un magma delicado y tímido con el aura siniestra y lúgubre.


Todos lloran frente a la pared marchita, pero nadie le acaricia su flor.


Con cada paso otro es dejado a un lado.


Cortando las raíces que mantienen a la espera un resultado emotivo.


Creyendo que todo estará mejor ahora.


Ahogándome en la propia risa.


Pidiéndole a alguien que no existe una explicación.


Como si algo diferente creciera dentro de estas palabras.


Un recuerdo, un silencio, un amor tal vez.


Tan pronto como para saber que ya es demasiado tarde.

OPUS 1 (DEMASÍA DE PODER)

El demonio me aplasta
contra una caja de cristal,
desparramándome
para la nueva puerta
del arte.


El clasicismo
tiene formas tan
seductoras como
confundidas en un
diálogo justificado
sin palabras.


“Mi cabeza arde a reventar”.


Lo llamo lucha,
aunque en el fondo,
únicamente impulsos de furia
y agrias depresiones
son el resultado.


Empiezo por construir el puente
con los palillos de los sueños.

LA LUZ DETENIDA DENTRO DE UNA NUBE DE ÁTOMOS DE SODIO ENFRIADOS A UNAS POCAS MIL MILLONÉSIMAS DE GRADO POR ENCIMA DEL CERO ABSOLUTO

El sueño queda atrás
a ras de piso.


La herida cae en
delicias y pide
repetir.


El día lame la piel
en ascuas;
sus ojos cerrados.

MISTERIOSO FUEGO DE LAS 5 A.M.

La misma imagen,
el instante.
Cada día, a esta hora.
Vuelve la ola,
esa sensación conocida,
repasada, casi como mi piel,
el olor sobre todo,
las vocales desentonadas,
en la cresta…
la ciudad.


A esta hora, mudo la piel,
y nadie se da por enterado.
Casi me acerco a lo más elemental,
y termino rodeado de muertos,
los siento,
la presencia legítima
no avisa cuando esta lista.
Ese tipo de disposición
para el baile.


Ojeo antiguos rituales
de deseos perdidos…


A ellos les toca en el siguiente turno,
hacemos lo que es necesario,
manos dulces, proyectadas hacia un futuro
que de gris cambia a morado,
entre todos nosotros.


La realidad es confusa, precipitada;
quiere algo más
pero no lo obtiene.


El mundo es triste
y la vida nos hace reír,
nos martiriza con el asfalto de oro
de los quejidos de las pocilgas húmedas
donde nadie sale de su refugio desconocido,
el sí-mismo.


Intento entender la respuesta
pero ya es demasiado tarde.
El derrumbe se vino sobre nosotros.
Alguien alcanzó a gritar,
inútil gritar.

ANALÓGICO VIRTUAL, ESE SINTETIZADOR ES MÍO

Puedo leer mil veces la misma historia, ya es realidad.
Tantas veces me creí la mentira, que ya soy hijo de la estafa.
Me sumerjo como en un océano de agujas oxidadas,
para percibir el susurro de bebés pérfidos.
Es de noche en la gran ciudad, el café se sirve
tan negro como las estrellas muertas, hiperaceleradas.
Y vamos volando sobre las ventanas derribadas,
sin vernos en los espejos…quebrados.
El abandono tiene la razón mágica de ojos verdes, mestizos.
Vengo desde muy lejos, intentando mostrarte el cambio de
camino que se avecina.
Las aves ya no están para vuelos fatídicos.
La queja ya se queda en silencio;
humildemente entrego la palabra al mundo, y cuando
llega bajo, toca a la puerta;


Ese ritmo lo conozco…yo lo traje aquí.

ARCHIVO DE TIEMPO

Habito el mundo.
El manto pálido desde las estrellas.
El anonimato.
El héroe que ríe ocultando su dolor.
La última frase.
Un recuerdo caótico desvanecido entre sueño, imaginación o realidad.
La parábola de metal.
El croar de un instrumento de viento.
El capullo para procrear en paz.


Habito el mundo
y muero por la boca del pez.
Muero dictando las medidas
que alguna vez fueron ciertas.
Las medidas que antes de
cristalizar la noche, se
enterraron en la playa,
como un escondite de tiempo
que alguna sombra
no debería descubrir
ni violar.


La fuga es realidad perdida.
Un laberinto de voces que nada atentan con el resplandor de madrugada.
Un baño deletreado al revés.
Los resultados descompuestos de una redada infantil.
Y querer poblar el mundo de recursos infinitos.
No es sólo el amor lo que hace falta,
sino un leve suspiro para habitar la memoria del tiempo.


Hoy llueve en el mundo agotado.
Hoy luce inquieto
el titilar de una vela que, apagada,
retoma el mando de una equivocación acertada;
el delito de martillar las venas
evaporando la sangre,
se ríe con el último minuto
en que yacemos con vida,
antes de entrar al sueño
que corre los velos de agua
para darnos la mano
y guiarnos hacia el manto de madre-oscuridad,
cuyos cariños y susurros,
apenas duelen como espinas
cuando atrapamos al vuelo
otro esquivo mensaje de voces
que se cuelan en cada
porvenir.

CURVA DE LUZ

Aquí hay una historia
que rescato con las manos,
manos de barro, sucias y desnudas.

Allí hay un vientre,
un sonido hueco
que clama por entrar
afuera.

A menudo
las vueltas
son curiosas
ramas de
las que
se desprenden
gatos pesados,
demasiado pesados.

¿Qué hay aquí hoy?

Una luz
abatida
sin sonido,
sin reservas.
Pensando más en el destino que ya pasó,
que en la construcción del nuevo modelo para armar.

Y tú ya no estás desvestida
como solía encontrarte
de espaldas a la rutina.
Mi voz
que nunca
creció.

RETORNO AL RITO

Reunión en torno al fuego. Reunión ancestral en pos del tejido. La Tribu. Los comienzos. El tiempo aún virgen esperando explicaciones, comentarios, voces. Coleccionando visiones. Trazos punto a punto que comunican con el mito. El todo envuelto en el gesto, la imagen..una palabra. Canto, canción, sonido. Danza, baile, vuelo. El tiempo se evapora dentro de la boca del espíritu. No hay un único retorno. Camino dividido en comunidades que cercan, una a una, la verdad. Escupiendo fuego. Vigilando. Pico de pájaro. Flecha de color, veneno puro. Selva, llanura. Precipicio, orilla. Cima, centro. Ahí hay luz. Las respuestas, extraídas de la corteza del mundo, caen destiladas a un ritmo demencialmente lento, abrumadoramente preciso, justo en el tercer ojo del chamán. Voz del Dios introducido dentro de la familia. Jaque al misterio. La palabra vociferada con tanta fuerza, que su sonido se evapora y toca el alma. Despertándola. Acariciándola. Conduciéndola hasta el mismo inicio de luz, caída de agua, semilla que abre. Pronto. Túnel invisible que ofrece el cobijo. Miedo a la cúpula abierta. Cielo que abre sus hojas para que lo lean. Filtro eterno. Esquivo sabor. Furia que recuerda. Tiempo infinito que cruza y atraviesa. Rastro de sangre. Bocas mudas y bocas cosidas. Bocas abiertas y por ellas, mirando. Bocas quemadas. Piel de piedra. Simulando un olvido. Colección de luz. Veloz y mutable. No hay aquí una historia. Pero el río vuelve a subir su nivel. Y sin sombra a la cual guarecerse, nuestro núcleo muere. Desamparado. Código Ritual que ahora acecha desde perspectivas disímiles. Ritual al fin & al cabo. Espejo y pastilla. Giro y aguja. Pantalla y clic. La muerte evapora la sumisión. Sonido danza el baile resucitado la melodía rescatada. Color de cielo, abajo. Ardor de infierno, arriba. La necesidad del ritual equilibra el canal humano para invertir, una vez más, los niveles cósmicos. Caos confuso. Disolviendo tormentas. Caos que acerca. Hasta lamer el suspiro del centro. Hoguera eléctrica. Destino & Bendición. Reunión ritual que eterniza el fuego. Reunión ancestral, hoy, tejiendo la vida. Construcción permanente en un mundo que sólo sueña dormido. Hoy. Al tanto de la prisa. Sin tiempo que perder. Una tribu. Saltando a la voz del vacío. Recuperando el mensaje. Ritual & Equilibrio. Muerte & Vida. fuego & Palabra. Luz & Verdad. Devolviendo al espíritu, el lugar dentro del nicho orgánico que la creencia precipita con creces y necesidad.

¡MORIR HA DE SER UNA AVENTURA 666ORMIDABLE!

Cambio todo por verter mi sangre sobre tu piel.


Ya no suelo ser aquella sombra. Ni mi mentira.


Multiplicado 3 veces por seis
me río frente al vasto océano.


Aguardando mi última muerte.
Soportando mi eterna compañía.

CARDOSO

Un diminuto sueño
va respirando
parpadeo a parpadeo,
con un rostro seguido
de silencio pintado de blanco.


La tumba se acerca
a la mirada inquietante
de la flor.


Una vez ida,
y de regreso,
cuelga del jardín muerto.

SIGNOS BRILLANTES EN UN CIELO OSCURECIDO

Me quedo atento al legado. Pero eso tampoco es suficiente.
Hay quien dice que cada verdad guarda tras de sí un mundo entero…
Y nadie puede negarlo.


La luz se ha apagado en el siguiente piso.


¿Qué sigue?
¿Cuál es el deber nuestro frente a la continuidad?


Me imagino los destinos inquietos de quienes ya no se podrán mover.


En alguna época, el día no tuvo final.


Las voces reconstruidas fueron acción del tiempo.


La inmediata resurrección es permanente
O piel de océano lúdico.


Esta voz, que justo inicia aquí su contacto.
No hay nadie más siguiendo la ruta,
Una estancia que acumulando olvidos
percibe otro estado, latente y paralelo
al unido por los cables de la
estación normal.

MI CENTRO ES UNA MARCA LEJANA QUE VA APARECIENDO TAN PRONTO COMO UN HORRIBLE DESEO SE CUMPLE

Debajo de mí, el silencio de sueño.


Un poco más allá, la piel desordenada, esperando.


Aquí, en este momento, luz crepitante que no teme crecer y crecer
Hasta llegar al centro y devorarlo absolutamente todo.


Cae la noche,
Y no hay nadie a quien decirlo.


Mientras una voz corriente va impresa en la letanía del tiempo,
Escucho unos pasos untados de prisa correr tras el mensaje.


Ha llegado la noche,
Y el mundo se prepara para una fugaz mirada
Alrededor del fuego.

PRECIPICIO, RÁPIDO, AL COBERTOR

El día bulle en un momento.
El día,
y en cualquier momento.


Yo me quedo en la mitad
con los ojos entrecerrados,
mirando la rutina,
ofuscando las voces,


elevando una cometa
que al regresar
vomite viento, y
tenga la sensación
de recordar un vuelo pasado.
Algún fragmento en el olvido.


La melancólica sustancia
se aleja con voz de oro,
y vuelve hecho de prisa,
con el ojo rojo
despedido de su centro.


Fuego de inicio.
Fuego de oro.
Fuego e incienso.
Fuego o mañana.

LAS PALABRAS CAMBIAN SU COLOR SEGÚN EL CLIMA

La voz me escoge desde el centro del murmullo y
me arropa con el sigilo de su eco.
Soy uno más que tiembla frente a las puertas del abismo,
en silencio, en súbito silencio.
Mi voz se aúna con el manto perpetuo del sigilo y repta hasta alcanzar la luz.
Soy una sola sombra en busca de su raíz,
entre frases ahogadas y deseos abortados.
La raíz se consume frente a mi mirada,
y ya no hay un entierro que pase frente a mis ojos.
Soy la fuente que sostiene la cúpula sagrada,
aunque ya no tenga a quien llorar.
Mi color es estalactita sedienta de placer,
que jamás cierra la boca, aunque despliegue el sueño.
Mi morada es la carne que abastece la ausencia
y no se limita a un solo bosque.

CORBIJN

Al margen de un suspiro.
Como la raíz de un gato.
Escucho el silencio.
De un latido de agua.


Ya no hay voz.
Ya no hay fuego.
Ya regreso hasta la mañana.
Arrastrando el hielo de pasión.


Desde una orilla,
Casi el acantilado
Regresa en torno
A la última batalla.


Lo recuerdo.
Lo recuerdo.
Lo tendré presente.
Mi amigo y yo.

NECRÓFILO ATÓMICO

Me encuentro bebiendo poder,
impulsado por el mundo que gira a mi alrededor,
sin que nadie lo intervenga.


Lo destruyo todo
en cuanto lo
acojo en mi
corazón dei-
cida.


Intento dar la vuelta
a un cuadrado,
y aún muerto, sobre
un racimo de ojos
que sienten las imágenes,
me llevo a la boca
una sombra de piel.


Frente al espejo soy un adicto.
Y frente a la cámara un rostro redondo.


El círculo ya se completó.
Me voy de bruces contra esa cruz,
y el crucificado se despierta otra vez,
grita de nuevo hacia el cielo,
y le responden: “ya te oímos la primera vez”


Repto la madera.

RITOS OSCUROS

Atrás la historia ha callado.
Nada significa ya.
El todo contado en pos de los vestigios desnudos.
Portal de sumisión sin tocar la campana.
Hay dos voces que siempre llegan a repetir lo mismo;
y sin duda alguna,
una de ella quiere decirnos algo…


El fuego se desvanece detrás de la estructura de las palabras.
Las bocas se callan frente a frente, imaginando desaparecer en la ruina.
Pero ella vuelve a ver,
y yo sueño con su piel sutilmente dañada.
El camino de dientes
deja el espacio a la aventura de sangre.


Hoy duele ser el otro.
Pero eternamente se nutre de la verdad.


¿Tú
y
yo?


“Alguna vez, tras el velo transparente,
hecho del humo virgen de una caricia interminable”


El fuego continúa pervirtiendo sus signos.

TRÍPTICO

El solitario, marco desolado,
quiere llegar, un lado, sólo,
aquel que recuerda, que
nunca ha tocado, viviendo,
el solitario, atrás, igual,
se devuelve,
la prisa tiene un renglón
de apuro coagulado,
meditando a orillas
de una carne mujer,
y sufre, manto de vapor
elegantemente provocador,
telón de pesadillas interpuestas,
el solitario, cae en oblicuidad esperpéntica,
ninguna parte, recuerdo, atroz mente
que se eleva, se sostiene,
del frágil lineamiento de seda,
amarilla, mente, solitario
que toma a su propio cuerpo
arrastrándolo,
arrastrándolo
para empezar a devorarlo
en la matriz sin fondo
de la conciencia atrás
esa preciosa realidad,
cuyo recuerdo sólo abastece el dolor,
ya no seguirá jamás, jamás…

LAS VOCES MÁS CERCANAS DE LO QUE APARENTAN

Ahora miro la distancia de gloria.
Un punto dado como señal,
un centro intoxicado, lento y marchito
abalanzado sobre la planta de asombro
que mantiene a la piedra con la boca abierta,
a levedad.


La esquina no cruza su karma.
La esfinge saluda subrepticiamente
a un cúmulo de arena
azotando su espalda,
que no es más que un sol adolescente
derritiendo el tiempo con su poder de soledad.


Lentamente, como un himno entonado
en el sueño de un lago, las palabras empiezan
tejiendo y tejiendo una esa otra historia
que antes no se sabía,
debida precaución de vocales ortodoxas
y cumbres clavadas con óxidos perpetuos.


Ya la voz todo el poder para decir vida.
Ya por primera vez el margen depende
de la astucia para dejar palpitar el corazón.


Una. Dos. Otra vez.


Esa oportunidad se desliza
entre las lánguidas aguas
que van corriendo,
letanía de fuego y ojos abiertos,
letanía de cruz,
y un nuevo comienzo
comiendo camino,
o retrocediendo
para empezar con un verso.


Ahora, con la niebla en redes,
se avizora digitalmente
cada poste de nacimiento,
luz y paz desde una opacidad de júbilo,
tierra alta, magma preciosa,
juego de trascendencia con vuelo inmediato
y repaso de números agitantes
que susurran secretos a un oído estrecho
que aún no deja de palpitar calma.


Uno a uno.
Oportunidad.
Sale desde la punta del iceberg.
Retrasando el aullido.
Para amonestar.
Con voz propia.
La siguiente salida.
De una ternura amarilla.
Apta.
Para consumir sin permiso.


En el puente, lo que luce inquieto a perpetuidad,
Ensimismado y místico, o rojo,
Sueña un ritmo que de ser real,
Luz equivocada
Luz equivocada
Luz inapropiada.

ACTOS COMUNMENTE REPETIDOS TIENEN MÁS POSIBILIDADES DE SER VISTOS (Capítulo 3)

Miro a tus ojos.
Cargo el frágil recuerdo de un instante desnudo
en el que todo fue confusión y sacralidad.

Me gusta la inocencia con que el espejo responde a tu silencio.
Y ya no hay nadie que pueda recoger la sombra
de algún viejo recuerdo que gotea, lentamente, hasta desaparecer.

Miro a tu boca.
La misma horizontalidad que halló camino entre mi deseo.
El juego de dos bandas.
El espacio paralelo que
Frente a un sonido agrietado por el placer, fundió un sueño.
Algo endemoniadamente orgánico y frágil.

Me empezó a gustar el trato hermoso que tu confusión daba a mi raíz de mentiras.
Y desde el infinito callé para besar tu olvido.
Aquel que me alimentó a medida que oía el triste respirar de los segundos,
Ahí a tu lado, como un insecto tratando de
descifrar la sombra que, regada,
dejaba ver el cielo entero.

Y LA SANGRE AHÍ, LLORÁNDONOS LENTAMENTE

Hay alguien corriendo cuesta arriba
y en la mirada
se fuga el color rosa
de un amanecer de furia.


Otra mirada y la misma historia
es quien olvida a todos.


La prisa que se tiene en el mismo instante
ya no retrasa más el punto de partida.


Una a una
las mismas columnas de humo
son marcadas lentamente
a sangre, fuego y lágrimas.


Me veo en la luna
con la furiosa manta
que consume
los intestinos
aún más al fondo.


Quiero retroceder creyendo que la razón es la primera respuesta;
pero cuando una luz cae, húmeda aún,
ya todo es como la puesta en escena
de un aguerrido funeral
que deja a todos los presentes
con la boca abierta.

SAN CIPRIANO

Si tu silencio
es igual al mío.
¿En cuál río
nos conocimos?

PROYECTO RECUBIERTO

El grito salta desde un último piso.
Me veo enfrentado a una última sombra
y qué más puedo hacer
excepto recubrir el proyecto.


Observo desde el último piso
a la primera sombra;
lluvia regresada con los ojos del sueño.


Caigo libre desde un último suspiro,
un acercamiento libre
hacia quien no quiero regresar.


Y sin llegar a tocar el piso,
mi memoria llega a decidir
el final que no puedo regresar.


Mi otra vuelta
mi última noche
mi única casa
mi único día.

CAMINANDO A PASOS SOSEGADOS HACIA LA VICTORIA

La oigo suspirar. El trecho es recto y la luz se cuela por
la ventana mal cerrada. Sonidos de furia que acallan
la prisa. Pero hoy no. Hoy ella no es yo.
La oigo entrar. Suelta su germen en mí, como un ca-
dáver de voz que se apresura a encerrar los cerdos.
Palabras de amor.


Algo gira que tiene tu nombre. El mío y el tuyo, en un
sueño mutuo, acompasado por un ir y venir envuelto
en pecado.
El paraíso de vuelta.


Cuando quiero relegar la cifra. La boca me queda pequeña.
Jugo de piel. Margen tostada. Historia nefasta.


Algo viene de mi interior. Palpita el deseo. Se calma la
voz. Respirando temprano para dar con el centro.
La otra voz. La siguiente vía.


La oigo suspirar. Y yo también he perdido parte
de mi vitalidad.
La luz se cuela por la ventana mal cerrada.
Ahora ella no existe. Ahora soy yo solo frente
a un espejo en la pieza de mis padres.


Cubro el cuerpo. Me siento un muerto.

“NO ME DEJES AHOGAR”

Cuando apenas toco, a alguien que ya no llora,
olvidado en las penas, el rostro,
perpetuo matiz
combinado de sensaciones y aromas,
en su canto, olvido,
en su enseñanza, olvido,
en la misma indisposición
de catapultar una dicha
magnética y poderosamente bífida,
región de lágrima,
“no me dejes ahogar”,
viento nocturno
que lleva mi voz
hacia la otredad,
hacia mi destino,
“no me dejes ahogar”,
y trabajo
encerrado en esta vacía habitación,
para llevar el elemento pequeño
al siguiente nivel, color púrpura
que sueña, no ahogándose
que sueña, no ahogándose
que sueña, no ahogándose
con la palabra bastarda
que sólo soñé una vez.

LA CIUDAD OSCURECIDA CUBRE MIS OJOS CON UN LLANTO DORADO QUE SUSURRA DISTANCIA

hay una voz que no conozco porque es tuya.


el siguiente imán tiene la forma húmeda de mi piel prostituida,
y el recuerdo de cada beso dado bajo el ardiente sabor de una vil mentira.


mi deseo, lo sé, es tu delirio.


aún hay alguien que me espera en la habitación,
sin boca que alimentar, sin raíz a la cual orar.


entre tú y yo media un infinito de cruces, rendijas, ladrillos y sueños.


(una voz se escapa desde el filo de la tormenta y escala cada metro intentando tropezar para verte, desde abajo, de nuevo)


y llueven demencialmente una vez más
las mismas lágrimas suspendidas en la voz
con el cordón de la vida. una vez más.
una aún vez más.


alguien grita “ven pronto”, pero la sombra ya ha sido enterrada.
mi siguiente paso será lamer tu centro para cubrir mi hambre.
aún hay una ligera distancia entre el color de tu juego y mis ojos cerrados.


cuando suspiro, placer opacado por el ruido de burbujas reventando,
tu enciendes la emoción de alguien que quiere tirarme a la esquina,
y sin ningún reparo, como caníbal del incendio que nace bajo tus alas
cambio mi piel y mi sonrisa una vez más para tu gusto,
aunque el corazón evoque la misma distancia que media entre tú y yo.

HACE MUCHOS AÑOS QUE ORO TRAS LA ÚLTIMA SEÑAL QUE SANGRA EN MI CUERPO

Sueño con prisa. Lejos de mi voz recolectora.
Casi sin miedo. Excepto sin pausa.


Congelo un destino. Me entrego al abismo.
En la piel del lobo la marea eterna del mordisco.


Si mereciera lucir una pluma sagrada en mi cabeza.
Y ya soy otro, mutando.


Si la vida se sumergiera en un tejido de algodón.
Aquí, cobertizo.


¿Qué pretendo con otra piel desollada dentro de mi cruz?
Sólo un recuerdo, sólo un recuerdo.

ARDIENDO

Cuando lloro, ¿a quién mirar
si la muerte tiene otro turno?


Si una voz que sana lentamente,
alejada del murmullo ciego
es la tribu,
¿cuál es el siguiente derecho?

(PRUEBA DE SONIDO)

“All along the tomb
secret in the ruin”
1,000,000-r.e.m.


Me entero alrededor. La voz es una sola, delicada y repetitiva; bella y silenciosa como porcelana al interior.
Su silbido me quema. Me destroza cadavéricamente en planas que agudizan el instinto. Un destino de carga & luz que fluye salvando los recodos.
Esa nota paralela. Ese objeto único de placer. Los datos son cuentas de otra existencia parecida. Una caja de alboroto, que al dar la espalda, escapa al abrirse.


Ahora estoy solo. Entra a escena un maquillaje espectral. La sola consumación es de otro tiempo, a lo largo de una tumba, pura bulla hechicera, los secretos llevados a la ruina, porque ya nadie responde. Excepto un arco. Excepto una ralentización con palabras que han entrado en desuso.


Mis manos vacías. Imaginación sin responsabilidad. Clara muestra de un propósito que se llena de espejos, verdades reales intentando ocultar una verdad falsa, una ligera repetición, marca registrada tallada en madera, pero desastrosamente irreal al fin y al cabo.
En esta oscuridad, no hay un momento para acercarse.
En esta visión, ya no hay con quién platicar de antaño. Ni siquiera el presente. Ni siquiera en presencia.


Los restos son soledades abandonadas. Los justos pagan por los solitarios, el motivo aparente, deslumbrado, el ciclo diminuto, repetido por plagas.


La noche ya casi arropa su propio destino. Cobija amplia de ternura. Cadáver exorcizado en plena feria. Fiesta de dos a.m. en hora colombiana. Un último rezagado para disputar la claridad de una cordialidad o páramo.


Aquí la tumba yace vacía.
¿Quién dijo qué?