Aquí hay una historia
que rescato con las manos,
manos de barro, sucias y desnudas.
un sonido hueco
que clama por entrar
afuera.
las vueltas
son curiosas
ramas de
las que
se desprenden
gatos pesados,
demasiado pesados.
abatida
sin sonido,
sin reservas.
Pensando más en el destino que ya pasó,
que en la construcción del nuevo modelo para armar.
como solía encontrarte
de espaldas a la rutina.
Mi voz
que nunca
creció.
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