jueves, marzo 15, 2007

SEDUCCIÓN DEL AGUA

Sin lucha
mi reconocimiento no existe.


Te veo,
Dios del cielo,
quejándote en silenciosas lápidas de fuego,


oigo como clamas salvaciones
cuando con manos vacías
alteras principios
bendiciendo con gracia y brillo,
sólo momentos fugaces
a quien ha nacido para el amor.


Mi lucha contra la divinidad
Es mi propósito;
soy la luz prohibida,


hago mi destino
al nacer tormenta.


“Corro sobre las olas”,
tan fuerte…
tan fresco…
proclamándolo a los cuatro costados…


La bondad es todo un fragmento.

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