martes, marzo 13, 2007

LA CIUDAD OSCURECIDA CUBRE MIS OJOS CON UN LLANTO DORADO QUE SUSURRA DISTANCIA

hay una voz que no conozco porque es tuya.


el siguiente imán tiene la forma húmeda de mi piel prostituida,
y el recuerdo de cada beso dado bajo el ardiente sabor de una vil mentira.


mi deseo, lo sé, es tu delirio.


aún hay alguien que me espera en la habitación,
sin boca que alimentar, sin raíz a la cual orar.


entre tú y yo media un infinito de cruces, rendijas, ladrillos y sueños.


(una voz se escapa desde el filo de la tormenta y escala cada metro intentando tropezar para verte, desde abajo, de nuevo)


y llueven demencialmente una vez más
las mismas lágrimas suspendidas en la voz
con el cordón de la vida. una vez más.
una aún vez más.


alguien grita “ven pronto”, pero la sombra ya ha sido enterrada.
mi siguiente paso será lamer tu centro para cubrir mi hambre.
aún hay una ligera distancia entre el color de tu juego y mis ojos cerrados.


cuando suspiro, placer opacado por el ruido de burbujas reventando,
tu enciendes la emoción de alguien que quiere tirarme a la esquina,
y sin ningún reparo, como caníbal del incendio que nace bajo tus alas
cambio mi piel y mi sonrisa una vez más para tu gusto,
aunque el corazón evoque la misma distancia que media entre tú y yo.

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